Archive for August, 2010

Pompas

August 29, 2010

Vendidos

August 25, 2010

Parece que Dover ha sacado un nuevo single, Dannaya.

Parece que el single es… peculiar.

Así como que… distinto.

Nada que ver con sus orígenes.

Pero ni un poquito siquiera, vaya…

Leer los comentarios de Youtube (esa jungla, fuente futura de cientos de tesis doctorales en sociología) y sentir el olor de la bilis es todo uno. Uno de los más frecuentes, como es esperable, es el de que son unos vendidos. Estas cosas, tan frecuentes en las músicas más ruidosas, siempre me dan un poco de risa, independientemente de si me gusta o no la canción en cuestión. El caso más legendario probablemente sea Metallica, que según muchos se vendieron con el Load después de sacar el disco negro.

El problema es que uno sabe matemáticas. Al menos sabe las matemáticas suficientes para comparar números, y ver cuál es más grande, que todo sea dicho no son las matemáticas más avanzadas de la creación. En lo que sigue los datos salen de la Wikipedia.

Si el disco negro de Metallica vendió quince millones de copias (ahí es nada) y el Load vendió cinco, y el objetivo fuera vender cuanto más mejor, ¿qué tipo de disco sacaría el astuto lector? ¿Reload, que fue un calco del Load y que vendió (¡oh, sorpresa!) tres millones, o algo más negruno?

Si el Devil came to me de Dover vendió medio millón de copias, mientras que el más discotequero Follow the city lights sólo 180.000, ¿seguir por esa senda es venderse, o es demostrar integridad?

Es decir, ¿lo de venderse no implicaba hacer las cosas para vender más? ¿O sólo significa tocar música que no me gusta? Por tener las cosas claras, más que nada.

Atasco

August 24, 2010

Un atasco gigantesco de más de 100 km ha atrapado a miles de conductores en la carretera principal que une Mongolia Interior con Pekín. El colapso se inició hace 10 días y los vehículos se mueven poco más de un kilómetro diario. […] Los atrapados matan el tiempo durmiendo, paseando o jugando a las cartas o al ajedrez. No hay noticias de incidentes violentas pero sí de quejas por la especulación de precios. Muchos paisanos de la zona por donde pasa la carretera se acercan al atasco en bicicleta para vender agua y comida a precios que son el doble o el triple lo normal.

El País.

Ya nadie llevaba la cuenta de lo que se había avanzado ese día o esos días; la muchacha del Dauphine creía que entre ochenta y doscientos metros; el ingeniero era menos optimista pero se divertía en prolongar y complicar los cálculos con su vecina, interesado de a ratos en quitarle la compañía del viajante del DKW que le hacía la corte a su manera profesional. Esa misma tarde el muchacho encargado del Floride corrió a avisar a Taunus que un Ford Mercury ofrecía agua a buen precio. Taunus se negó, pero al anochecer una de las monjas le pidió al ingeniero un sorbo de agua para la anciana del ID que sufría sin quejarse, siempre tomada de la mano de su marido y atendida alternativamente por las monjas y la muchacha del Dauphine. Quedaba medio litro de agua, y las mujeres lo destinaron a la anciana y a la señora del Beaulieu. Esa misma noche Taunus pagó de su bolsillo dos litros de agua; el Ford Mercury prometió conseguir más para el día siguiente, al doble del precio.

La autopista del sur, Julio Cortázar.

Nacido terrorista (y americano)

August 13, 2010

La última parida del Partido Republicano, sector Tea Party, es atacar la Decimocuarta Enmienda, que concede la ciudadanía a cualquier persona nacida en el país, incluidos, horror, los hijos de inmigrantes ilegales.

Cuando leí la noticia, la coña era obvia: el país tiene que defenderse de un temible plan de los mexicanos, consistente en traer a todas sus mujeres a dar a luz en suelo estadounidense para lograr tener una multitud que, en unos 20 años o así, pueda votar y conseguir por la vía legal que México se anexe los Estados Unidos. Eso es un plan de conquista y lo demás son tonterías.

Vía Guerra Eterna me entero de que aunque la broma no da en la diana (faltaría más), tampoco se aleja mucho de la triste realidad: el plan que ha mencionado el congresista Louie Gohmert (que no es la primera vez que se cubre de gloria) es que los terroristas islámicos (que son aún peores que los mexicanos) van a mandar a mujeres a dar luz aquí, para luego llevarse al niño de vuelta al desierto, adoctrinarlo, y que llegado el día sirva como terrorista con pasaporte americano.

Y no sólo se queda el tío tan pancho con unas declaraciones que parecen sacadas de The Onion, sino que el ala dura del partido se sube al carro.

Dado que desde el 11-S no hacen falta datos, información o ni siquiera sentido común, sino que vale con apelar al miedo y/o al patriotismo, no se puede descartar que el tema acabe copando portadas.

Tardes y fines de semana

August 11, 2010

Esta carta estaba clavada en un tablón de anuncios en el departamento de KTH donde hice mi proyecto fin de carrera, con una nota manuscrita que decía algo así como “para que no os quejéis”. Por aquel entonces no tenía ni idea de que venía del sitio en el que iba a acabar yo. La recupero ahora vía Boing Boing:

Su esclavismo, gracias.

Lo peor es que en ninguno momento de la carta se menciona si el tal Guido rinde o no. Que si fuera “no avanzas nada, no produces, echa más horas”, pues bien está. La locura es que tenga que ser por sistema.

Me alegra poder decir que en mi departamento las cosas son mucho más humanas, menos un pirado que a estas alturas sólo tiene un alumno (con el que comparto despacho, para más señas; qué historias cuenta, la criaturita…), porque la gente lo evita como la peste.

Por lo que he oído, el departamento de química orgánica sigue siendo un poco así, y no sólo aquí sino en todas partes: de siete a once, seis días a la semana, dos semanas de vacaciones al año.

Las otras once, se entiende.

Y con tu jefe controlándolo, y llamándote la atención si ves que por sistema te vas a casa después de cenar.

El horror, vaya.

Que una cosa es que uno eche las mismas horas por gusto, o porque el proyecto no anda, o por ambición personal, o lo que sea (que suele ser el caso al final), pero exigirlo con amenazas…

Reflexiones sobre el penoso estado (a nivel humano) de la investigación en química, junto a otro par de cartas de similar calibre, en Chemistry Blog.

PD: El esclavista ya no anda por aquí, pero es profesor en ETH, que tampoco es mal sitio.

Cagarrutas

August 10, 2010

En las tiendas de recuerdos de Canadá se vende un tipo de dulces que se anuncian como cagarrutas de diversos animales. Son frutos secos bañados en chocolate o en sirope de arce (gran orgullo nacional), y el animal cambia según el tipo de fruto seco. Creo (y espero) que el emparejado ha sido al azar, y que nadie se ha puesto a buscar parecidos.

La cosa es que algunas de las etiquetas parecían más ideas gráficas de Miguel Noguera o La Abuela Bloguera que otra cosa. Porque el dibujo del oso es como muy elegante, una cosa seria y sobria…

… pero la cara picarona del alce, ese guiño con media sonrisa, es cuanto menos inquietante.

Y para qué hablar del castor, que aparece con gota de sudor por el esfuerzo y cara de satisfacción tras una dura faena.

Que yo comprendo que lo de llamarlas cagarrutas es una gracieta de mucha risa y tal, pero quizás tampoco haya que llevarlo tan lejos.

Ronnie James Dio (y IV)

August 9, 2010

Tras abandonar Black Sabbath por segunda vez, Dio reforma su banda y sigue sacando discos más bien rutinarios que pasan sin pena ni gloria. No tienen nada malo que destacar, pero la inspiración que le impulsaba diez años atrás no se ve por ninguna parte.

Es por esta época que pude verle en directo, un par de veces. El repertorio de los conciertos se basaba en sus clásicos de toda la vida, y es como si el tiempo no pasara: las mismas canciones, la misma teatralidad, los mismos excesos, la misma voz maravillosa. Aquí está en el Wacken de 2002, con 62 años, que se dice pronto:

En el 2006 se reune con Iommi, Buttler y Appice, y salen de gira tocando las canciones de su etapa con Black Sabbath. La cosa va tan bien que de la aventura no sale no sólo un disco en directo, sino una banda, de nombre Heaven & Hell, que graba un disco de material original, The Devil You Know, en 2009. Los planes eran seguir tocando y grabando, pero el cáncer se interpuso, y Dio muere el 16 de Mayo de 2010.

Aparte de por su música, me gusta recordarlo por su profesionalidad. No se le recuerdan malos conciertos por borracheras, cancelaciones de giras por motivos esotéricos y demás desprecios al público de lo más habituales en el mundo de la música. Puede que hoy día el hecho de que Keith Moon se desmayara completamente drogado en mitad de un concierto no haga sino agrandar su leyenda, pero menuda la gracia para los que hubieran pagado la entrada. Por eso creo que da gusto ver a músicos que se toman su trabajo como eso mismo, un trabajo. Era un artista, pero también era un currito.

Me queda la pena de no haberle visto en directo con Heaven & Hell, que han tocado un par de veces en Los Angeles desde que estoy aquí, y a los que tenía la firme intención de ver la próxima vez que tocaran por la zona. Porque tras verle desde que tengo memoria con la misma cara, las mismas pintas, la misma energía y, lo que tiene más mérito, la misma voz, ¿cómo no suponer que iba a seguir estando siempre ahí?

Inception

August 6, 2010

Origen le han puesto en España. Pierde un poco de rotundidad, pero en peores plazas hemos toreado.

Ya está aquí la última de de Christopher Nolan, al que tras The Dark Knight le hubieran financiado un documental sobre la poda del manzano si se hubiera empeñado. La película está dando mucho que hablar: que si es una obra maestra, que si no, que si no se entiende, que si es complicadísima, que si el final es ambiguo, que si es el mejor invento desde la leche en polvo…

La película del momento, vaya (por mucho que Toy Story 3 le dé sopas con honda).

Por partes.

¿De qué va?

La película se desarrolla en un mundo en el que la gente ha aprendido a acceder a los sueños de otras personas. El sistema es elaborado, y se usa sobre todo para espionaje industrial. Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es el mejor de los que se dedican a esto. La película empieza con un trabajo en el que las cosas no salen como se esperaba, y Cobb y su colaborador habitual, Arthur (Joseph Gordon-Levitt, en el paper que le puede convertir en estrella del todo) se salvan por los pelos.

Y en esto aparece Saito (Ken Watanabe), que le ofrece un trabajo en el que su misión sería no robar una idea, sino implantarla, de manera que el sujeto (interpretado por Cillian Murphy) crea que es suya. Ese proceso es lo que se llama inception. Arthur dice que no es posible, pero Webb dice que sí, pero que van a hacer falta sueños dentro de sueños, y que para eso necesita un equipo formado por los mejores profesionales, cada uno con un rol muy específico en la misión.

La primera mitad de la película (que es larga) se va en buscar al equipo y explicarle al espectador las reglas del juego. Para eso nos servimos de Ariadne (toma referencia sutil), interpretada por Ellen Page, que es nueva en el negocio, y por tanto hay que explicárselo todo (donde todo es todo; el exceso de exposición es una de las cosas más criticadas, y con razón). Su trabajo es ser el arquitecto del sueño, la que crea el mundo; su entrenamiento da lugar a las escenas más memorables desde lo visual, que son, tristemente, todas las que aparecen en el trailer. Sí, la ciudad doblándose es con diferencia la filigrana más conseguida.

En esta parte también nos enteramos de que Mal (Marion Cotillard), la mujer de Cobb, vive en sus sueños y se dedica a putearle las misiones. Esto se explica con alguna de las metáforas visuales más burdas de los últimos tiempos (¡un montacargas para bajar al subsconciente!), y aunque la historia tenía posibilidades, y Mal podría haber sido un antagonista fantástico, toda esa parte no dejaba de chirriarme.

La misión ocupa la segunda mitad de la película. Empieza a ritmo frenético y de ahí para arriba, hasta el punto de que uno preferiría que la cosa se calmara un poco (una hora de clímax es mucho clímax). Aquí Nolan consigue hacer fácil lo difícil (la manera de implantar la idea sin que se nota es simple y elegante), pero luego lo complica todo con varios niveles de sueños con acción simultánea, peleas confusas, y la irrupción de la trama Cobb/Mal sin que encaje muy bien con el resto de la película.

Del ya famoso final ambiguo no quiero decir mucho: se ve venir, es efectista, y va a hacer que mucha gente considere que la película es de pensar mucho.

¿Se entiende?

Sí, salvo que uno sólo haya visto películas en las que sale Steven Seagal. Nolan explica las reglas con la sutileza de un rinoceronte en celo, y te las va recordando según hacen falta. En todo momento sabes qué están haciendo los personajes y por qué, independientemente de que tenga sentido o no.

¿Es tramposa?

Un poco. Aún aceptando algunas reglas estúpidas como necesidades dramáticas, al final se las empiezan a saltar un poco a la torera. No son contradicciones flagrantes, y si uno quiere puede medio justificar la mayoría (“bueno, es que las reglas en el sueño A puede que sean distintas al sueño B, que no es igual que C”), pero tras haber pasado tanto tiempo estableciendo unas reglas más rigidas que la norma ISO, todo lo que no sea cumplirlas a rajatabla me parece tramposo.

¿Es visualmente espectacular?

Sí, pero cada vez menos según avanza la película. El entrenamiento de Ariadne es una gozada, por ejemplo. Según avanza la película parece que Nolan se olvida de que todo ocurre en sueños, porque la imaginería alocada del principio (¡ciudades plegándose! ¡falta de gravedad! ¡laberintos imposibles a la Escher!) deja paso a acción de la de toda la vida, gente pegándose con metralletas y demás. Al hombre siempre se le ha dado bien la acción, y al final intenta recuperar la magia, pero queda la impresión de que la película está un poco desperdiciada en este aspecto.

La sobre exposición también es de lamentar en este sentido. ¿No había mejores formas de llegar al subsconciente que un ascensor? ¿No había mejor forma de explicar las cosas que soltando parrafadas? ¿Algún truco visual para ilustrar las reglas? ¿Show don’t tell, que dicen los yankis? Grant Morrison lleva casi treinta años haciendo cosas de ese palo con mucho más arte y salero.

¿Que tál están los actores?

Muy bien, pero limitados por los personajes. DiCaprio tiene un personaje razonablemente jugoso (el único que tiene objetivos, pasado, problemas personales, personalidad y demás detalles), pero el resto son planos hastas rozar la caricatura. Eso que recomiendan los libros para guionistas de que todos los personajes tienen que tener deseos que entren en conflicto con los de otros personajes, para crear drama… Más bien no. Ni un vaso de agua, que decía Kurt Vonnegut.

Hay quien argumenta que son facetas de Cobb, partes de su subsconciente, arquetipos eternos, cosas así. No digo yo que no sea el caso, pero la queja es la misma: qué facetas/partes del subsconciente/arquetipos más planos. Así, por ejemplo, Gordon-Levitt no puede hacer mucho más que pelearse con los malos mientras pone cara de palo. El resto poco más o menos lo mismo.

¿Alguna otra pega?

Principalmente la misma que en The Dark Knight: me resulta fría, no conecto con los personajes, me dan todos un poco igual (y hacer que me dé igual Batman tiene su mérito, todo hay que decirlo). El motivo es  que Nolan se toma las películas como ejercicios intelectuales, respuestas a un desafío autoimpuesto, algo del tipo de “¿soy capaz de hacer una película que sea así o asá?”. Un poco como cuando a Borges se le ocurría alguna locura como argumento de un libro, pero mientras que uno se limitaba a describir la idea en un cuento de diez páginas, el otro te saca una película de 148 minutos en la que todo gira en torno a la idea, y con poco más aliño. Pasó lo mismo con Memento, y con The Prestige. También con los dos Batman, aunque se nota menos.

No pasa nada por querer tocar temas elevados, o montar una película (o libro, o lo que sea) en torno a una estructura innovadora: Alan Moore ha hecho carrera a base de eso, y no seré yo el que se la critique. Pero si la película tiene poco más a lo que agarrarse que esa idea, su triunfo o fracaso depende de ella a unos niveles insanos. Por eso Memento sigue siendo mi película favorita de Nolan (aunque miedo me da verla de nuevo), porque el reto es difícil, y está bien resuelto. Aunque a uno le de un poco igual lo que pueda pasarle al personaje de Guy Pearce, el puzle te mantiene interesado.

Se echa en falta también algo de sentido del humor. No hay más que tres o cuatro momentos en los que reírse, y el resto es muy serio, muy oscuro, como intentando que parezca una película dramática (ya se sabe, de las buenas), y no una cosa con patadas y efectos especiales. Uno esperaba que Iron Man hubiera recordado a la humanidad de que era posible hacer una buena película de acción con sentido del humor (como los Indiana Jones, las Junglas de Cristal, las Guerras Galácticas, el segundo Terminator… ¿no debería estar claro a estas alturas?), pero esto tampoco ha sido nunca el fuerte de Nolan.

¿Merece la pena?

Claro, aunque sólo sea para poder criticarla. Por mucho que cojee de vez en cuando, la película es espectacular, está bien rodada, está llena de buenas ideas (me gustó mucho lo de los tótems, por mucho que no le vea el  sentido a lo de que la peonza no deje de girar en los sueños) y tiene grandes momentos. Simplemente no es la maravilla metafísica de pensar mucho que nos están vendiendo, ni la mejor película del año, que para eso está ya Pixar.

Winter’s Bone

August 5, 2010

Ree Dolly (una fantástica Jennifer Lawrence) es una chiquilla de 17 años que vive en las Orzaks, una zona montañosa de Missouri de economía deprimida y ambiente deprimente. Se encarga de la casa, de sus dos hermanos pequeños, y de su madre, que está básicamente catatónica. No se sabe nada del padre, condenado por producir metanfetamina (crystal meth, que le dicen aquí). Su vida parece feliz, pero en un equilibrio bastante precario, especialmente desde el punto de vista económico.

Y en esto llega el sheriff y le dice que su padre puso su casa como fianza para la libertad condicional, que tiene que presentarse a juicio en breve, que nadie sabe dónde está, y que si no aparece se van a la calle. Y a Ree sólo le queda una sola por hacer: salir a buscarlo ella misma.

La cosa no es fácil, porque nadie en su comunidad (muchos de ellos productores de meth) tienen el más mínimo interés en que tenga éxito. La película muestra un mundo hostil, lleno de secretos, de gente violenta dura y violenta, donde impera la ley del silencio y la protección de lo propio. El machismo no ayuda: en cierto momento de la película, alguien le pregunta a Ree si no tiene un hombre que puede hacerse cargo del problema.

La única ayuda (y no siempre) viene de su tío Teardrop (maravilloso John Hawkes), el único hermano del padre desaparecido, un personaje fascinante y cuya colaboración tiene lugar más según los códigos de la comunidad que por el deseo de ayudar a su sobrina. El personaje es carismático y aterrador a partes iguales: cuando Ree le dice que siempre le dio miedo de pequeña, él responde que porque es una chica lista.

Ese miedo a algo indeterminado pero presente recorre la película. Si algo destaca es la sensación de peligro, la tensión, la amenaza constante.

El reparto es fantástico. Muchos no son actores profesionales, sino gente de la zona (los hermanos de Ree, el reclutador del ejército), hasta el punto de que en los títulos de créditos muchos aparecen también en la sección de “diálogo adicional”, es de suponer que improvisado. Esto, y el haber rodado en las Orzaks, recreándose muchas veces en la dureza del paisaje y con una fotografía no muy distinta de la de The Road, ayuda a darle un muy necesario realismo a la película.

Dirigida por Debra Granik (su segunda película tras Down to the bone, con Vera Farmiga), que además ha escrito el guion con Anne Rosellini, basándose en una novela de Daniel Woodrell, la película se llevó el Gran Premio del Jurado en Sundance. Es, me imagino, lo único que la ha salvado del ostracismo comercial más absoluto: con un presupuesto de dos millones de dólares (una nadería por estos lares), lleva recaudados cuatro, que sin ser mucho tampoco está tan mal. No sé si llegará al otro lado del charco, pero desde luego se lo merece. De lo mejorcito que he visto este año.